Era febrero del 2020 y el coronavirus aún no llegaba a Chile.

A pesar que desde diciembre ya se veían imágenes desgarradoras provenientes de la ciudad de Wuhan en China, yo personalmente no vislumbraba el escenario que estamos viviendo a esta hora. No a este nivel. Yo creo que a muchísima gente le ocurrió lo mismo que a mi. En febrero estábamos llevando nuestras vidas como si nada. Realmente estabamos siendo desinformados por el etíope Tedros Adhanom, doctor en filosofía y director de la OMS.

Resulta interesante que un filósofo ocupe un puesto en un área que requiere conocimientos de otra índole. Pero más interesante es que éste señor guarda relaciones estrechas con el régimen comunista chino puesto que fue la misma China quien postuló y apoyó su nombramiento como director de dicho organismo supranacional.

La información es poder.

En enero, para fortuna de los ciudadanos checos, República Checa estaba intercambiando información con Taiwán acerca de las implicaciones de la epidemia en Wuhan y estudiando el impacto que ésto generaría. Yo me enteré de esto hace unas semanas atrás. En enero Taiwán también envió informaciones a la OMS recomendando que se declarara una alerta mundial para evitar una posible pandemia y se empezaran a tomar medidas. Fueron ignorados.

Problemas políticos.

Taiwán es un territorio insular de China, en el cual habitan aquellos que fueron desterrados del continente a raíz de una guerra civil que terminaron ganando los comunistas. Taiwán es un país independiente políticamente de China. Tienen sus propias instituciones políticas, ergo, su propio presidente, su propio parlamento; pero no son reconocidos como un Estado independiente por la ONU. Ésto por las presiones de China. Entonces, tampoco son reconocidos por la OMS. Por esa razón fueron ignorados, por razones políticas.

Fueron ignorados por razones políticas.

Toda la evidencia que los investigadores taiwaneses proporcionaron a la OMS, que fue generada bajo criterios estrictamente científicos, fue ignorada por razones políticas.

Medidas preventivas

A mediados de enero Taiwán había bloqueado los viajes aéreos provenientes de China. República Checa, Korea del Sur y otros países del sudeste asiático hicieron lo propio a principios de febrero, medidas totalmente acertadas pero que fueron criticadas en su momento por el mismísimo director de la OMS. Tedros Adhanom declaró a finales de enero que la OMS  «no recomienda limitaciones al movimiento de personas ni al comercio” para combatir el COVID-19. Otra declaración importante provino de Didier Houssin, presidente del Comité de Emergencia de la OMS sobre el coronavirus. “Medidas como cerrar fronteras, rechazar visados o poner en cuarentena a viajeros en buen estado de salud no están justificadas. Esta declaración nos permite cuestionar estas medidas. Nos permite preguntar: ‘¿Cuál es la evidencia científica en que se basa esta decisión?’; ‘¿podrían reconsiderarla?’”.

“Medidas como cerrar fronteras, rechazar visados o poner en cuarentena a viajeros en buen estado de salud no están justificadas»

Didier Houssin, portavoz OMS.

Hoy sabemos que el virus tiene un periodo de incubación de 14 días. Lo que la gran mayoría no sabe es que esa información ya la manejaba el Taiwan Centers for Disease Control (CDC). En un reporte con fecha del 26 de enero del presente año el CDC ya hablaba de periodos de incubación prolongados, por lo que, contrario a lo dicho por Didier Houssin, si estaba justificada totalmente la restricción de vuelos provenientes de China y la puesta en cuarentena de los pasajeros durante 14 días.

Terribles consecuencias.

Actualmente vivimos una terrible situación, una pandemia sin precedentes en la historia de la humanidad que ha generado una crisis económica mundial. Vemos cómo los gobiernos están expandiendo su ámbito de acción en detrimento de nuestras libertades individuales, la normalización de los Estados policiales y una ‘pandemia de endeudamiento’ que traerá consigo una merma del poder adquisitivo y del ahorro. Y vistas las evidencias, una sucesión de malas decisiones, principalmente por omisión de la OMS, nos ha dado como resultado todo éste panorama oscuro que podría marcar un antes un después en la historia de la humanidad. De no haber sido bloqueada la información esencial que Taiwán estaba proporcionando, la pandemia y la destrucción habrían podido evitarse.

Enlaces bibliográficos:

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