Me he acostumbrado a ver las reacciones de algunas personas cuando les hablo abiertamente de mis pensamientos políticos. Aunque siempre me ha parecido absurdo, puedo encontrar fácilmente más de un rostro desdibujado e intentos de justificar que se ejerza algún tipo de control sobre nuestras libertades.
La libertad natural
Hablar de libertad a secas parece ser algo que a todos les agrada, pero cuando intentas profundizar y pasas a explicar con detalles las cosas que deberían estar garantizadas por nuestro derecho a ser libres, aparecen de inmediato las objeciones. Tal vez un gran problema del libertarismo es que todos queremos ser libres, pero no sabemos cómo. Hoy en día sobra quien recomiende coartar libertades en favor de lo que se piensa que puede garantizar nuestra seguridad. Ese es un gran error que puede tener un costo atroz.
¿Quiere el ave abandonar el peligro de volar en un cielo que le parece infinito para vivir una larga vida sin poder salir de una jaula? Para mí nunca ha existido una duda al respecto, la libertad vale siempre más que la seguridad. A falta de lo primero, lo segundo me parece que no puede existir realmente.
Los políticos son expertos en utilizar el miedo para manipular a las masas, con un poco de ayuda de los medios, es posible satanizar cualquier idea y hacer ley, una prohibición sin sentido. Eso es lo que ha ocurrido en especial con dos cosas: las drogas y las armas. Si tuviera que responder razones para explicar por qué todos tienen derecho a hacer uso voluntario de cualquier sustancia, me encontraría seguramente con una oposición moralista llena de puntos muy válidos.
Pero en el caso de las armas no creo que exista argumento alguno que pueda justificar quitarme el derecho de poseer una, ¿Cómo alguien osa impedirme usar las herramientas que tal vez necesite para salvar mi vida?, El centro del debate debería ser ningún otro que ese. Todos deberían tener derecho a armarse porque todos tenemos derecho legítimo a proteger nuestra vida, ¿Le parece a usted que tiene ese derecho? Si cuenta con el modo de responder frente a cualquier amenaza de otro individuo, si es posible para usted igualar cualquier armamento enemigo, entonces podría decir que tiene garantizado su derecho a defenderse.
Una de las peores propuestas que se han aplicado a la política es el desarme forzoso de la clase civil. No puedo imaginar una idea más espeluznante que la de dejar todas las armas en manos del Estado.
Si los únicos que pueden defendernos son organizaciones administradas por el Estado, ¿Quién nos protegería de los gobiernos? ¿Cómo sería posible combatir contra un Estado que se inclina hacia la tiranía teniendo absoluto monopolio de las armas?
El derecho a las armas
Es una realidad que los países que tienen poblaciones bien armadas son menos susceptibles a caer en manos de una recia tiranía. Nada favorece más a un dictador que poder ejercer violencia con una completa ventaja armamentística, incluso con los gobiernos más funcionales existirían grandes problemas. Los accidentes relacionados con el uso de armas de fuego pueden llevar a resultados fatales en muy poco tiempo. Un disparo en el momento justo es infinitamente más rápido que la mejor respuesta que puedan ofrecer los organismos del Estado.
Tenemos derecho a actuar primero y usar nuestro criterio para resolver una situación en la que estemos bajo amenaza. Es completamente válido desear poseer un arma de fuego, teniendo también el deseo de nunca usarla.
Claro que puede parecer que la mejor opción es simplemente que nadie use armas. Sería la fantasía ideal de cualquiera “pacifista” comprometido. Pero eso sería un imposible, una simple utopía. En el mundo real, lamentablemente, habrá personas que intenten hacer daño haciendo uso de armas de todo tipo.
Es por eso que creo tan necesario que todos puedan armarse. Es esencial que las personas que respetan a su prójimo, que tienen buenos códigos morales y una perfecta salud mental, puedan defenderse ante cualquier intento de violar sus derechos.
Uno de los argumentos que se esgrimen contra el libre porte de armas es la posibilidad de que personas malintencionadas hagan uso libre de ellas. He llegado a preguntar ¿hacer difícil o imposible obtener armas legalmente ha detenido los crímenes en el mundo? Las personas que se acostumbran a actuar al margen de la ley no suelen dudar a la hora de armarse por medio del mercado negro. Eso nos lleva inevitablemente a darles una lógica ventaja frente al ciudadano responsable y honesto.
El respeto por la Ley
Usted, como un ciudadano que respeta la ley, evitará buscar un arma en el mercado negro, al menos que se sienta obligado a hacerlo. ¿Y por qué debería recurrir a la ilegalidad para poder proteger su vida? Una persona racional al ver en peligro su vida y la de su familia seguramente sentirá que debe defenderlas. La posesión de un arma puede ser determinante en un caso como ese. Un criminal armado puede someter con facilidad a un grupo de personas desarmadas.
Quisiera que ningún gobierno pueda oprimir a su población. Desearía que toda posible víctima tenga oportunidad de enfrentar la amenaza de un criminal armado y pueda detenerla. Ese es un derecho que no estoy dispuesto a ceder. Esa es una necesidad que nadie me debe impedir cubrir.