
Hace una semana, los chamos del equipo de MLV Chile asistimos a una charla de los cabros chicos del Centro de Estudios Libertarios, una organización local aliada. Cabe destacar que la exposición del feminismo chileno y movimientos afines a la izquierda que se hizo en esa charla, me hizo reflexionar sobre cuando yo estaba en Venezuela y veía los toros desde la barrera. Ahora no. Ahora estoy en la mera crema.
En Santiago de Chile, me cuentan, éste tipo de movimientos son pioneros a nivel mundial. Que éste país es un laboratorio dónde nacen la mayoría de los métodos de difusión y promoción de esas ideas –ideas que son radicalmente liberticidas, dicho sea de pasó, en la que se inventan enemigos imaginarios, internos y externos, tal cual cómo lo sugieren el Marx y Engel, entre los que destacan el «capitalismo opresor», «el sistema neoliberal» y ahora el «patriarcado».
Según éstos grupos afirman, en la mayoría de los casos éstos enemigos son personificados básicamente por hombres blancos, heterosexuales y empresarios. Ellos son los opresores que nos obligan a consumir, dicen.
Estrategias hay varias. Honestamente no conozco en profundidad el tema, pero resalto una en especial, la estrategia discursiva. Mediante lo que es conocido como la desconstrucción de la lengua, el lenguaje de género, o si se prefiere, en términos más generales, la neolengua, estos grupos neomarxistas han logrado sembrar la matriz de opinión entre sus filas y hasta en los medios de comunicación, de que esos enemigos imaginarios son reales y que hay que destruirlos.
«Guerra avisada no mata soldado», dicen por ahí.
Posterior a la estrategia antes mencionada, viene otra etapa: la consolidación de los cambios sociales que proponen. Ésto a través de modificación del marco jurídico. En todos los casos terminan creando leyes que brindan privilegios a unos grupos sobre otros, por lo que se incentiva la proliferación de nuevos métodos para radicalizar aún más lo que hoy por hoy se conoce como la dictadura de lo políticamente correcto y las cuotas de género.
Pero así como han logrado apoyo, han logrado rechazo. El rechazo se genera por el odio extremo que éstos grupos incitan hacia otras personas, con mensajes bastante violentos. Mi modesta opinión, es que una de las formas para enfrentar las aspiraciones de dominio que ésta gente tiene, es ponerlos en evidencia. La violencia la ejercen ellos. Ellos no se están defendiendo, ellos están atacando. Y nosotros nos tenemos que defender.
Anarcocapitalista.
Consejero Académico del Movimiento Libertario de Venezuela en el exilio.
Twitter: @prez_emiro